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FIRMA Y SELFIE. VICTORIANO HUERTA. LORD MOLÉCULA. EL DEL CABALLO MORO. LA DE ARENA. EN LA MERA CARA.

2020-07-14 11:46:02 | El Pionero

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Alborotó la gallera. Vaya en prenda esta inédita frase para describir el ruido grillo que hizo a nivel local el destape de Tony Meléndez.


    

Algunos, no pocos, recordaron los actos masivos que encabezó cuando fue candidato a diputado, la histeria colectiva que sus rolas provocaban, sobre todo entre las damas y también entre otros géneros,  las filas que se hacían para llevarse su autógrafo y la consabida selfie. Aunque sigue, entendemos, como miembro del PRI, no suena descabellado que la pudiera buscar a través de otro partido. A esa aventurada conclusión llegamos al verlo platicar afuera de la estación de radio donde anunció su decisión, con varias personas no necesariamente tricolores. O tal vez iban nada más a eso, por su firma y su selfie, y nosotros de mal pensados. 

 Lo impensado sucedió. Luego de 29 años consecutivos, la gran cabalgata villista fue suspendida. Nada más para no pedir la costumbre, el Gobernador dio el arranque a la de este año, que será, como tantas cosas, bajo la modalidad virtual. Lo que no pudo hacer Victoriano Huerta lo hizo el virus: derrotó al Centauro.

Volvieron las mañaneras, ayer con extraordinario raiting. Era natural luego de los acontecimientos de la semana pasada, del viaje a la Casa Blanca, de la detención de Duarte, del anuncio del próximo arribo de Lozoya. Ya extrañábamos a Lord Molécula y su ridícula vestimenta.  

En otra de la cabalgata virtual, ahora sí Javier Corral se caracterizó al estilo vaquero chihuahuense, arrumbando la rara vestimenta de años anteriores, cuando parecía de Tamaulipas. Bandera en mano, dio una corta vuelta por el centro de la capital acompañado por cuatro o cinco jinetes. Uno de ellos, el del caballo moro, a lo mejor se sintió general, pues llevaba un mozo de estribo agarrando el freno, pendiente de que no se fuera a ir de boca. Otro, con una mano se prendía de la rienda y con la otra de la cabeza de la montura, evidenciando su impericia. El Gober como que sí le sabe al asunto. Si se les hubieran descachado los animales, habrían sido bajas  seguras, más que en Columbus.A la distancia, un tanto despistados por el cubre boca que portaba al estilo oeste, nos pareció que el del caballo prieto, un jaco retozón y cabeceador, era el diputadazo Chú Velázquez. No sería raro que se tratara de él, pues como  serrano ha de ser buen jinete y ya saben que es un hombre totalmente palacio.  Esto está más que documentado y a las pruebas y videos nos atenemos. 

Algo nos ha de rozar. Con los restaurantes locales trabajando a medio gas, toreando la crisis, ahorrando lo más que pueden para pagar rentas, impuestos, sueldos, olvidando las ganancias, la salida del señor presidente a comer en un establecimiento de la CDMX, es una buena señal de que pronto se normalice la situación aquí, donde por cierto se oficializa una leve disminución de contagios, leve, pero al fin disminución. Ya nos urge una de arena. Van muchas de cal. 

Dice el viejo decir que perro no come carne de perro. Esto se aplica para significar que no se vale el canibalismo. Aplicado al periodismo, nuestra hermosa profesión, van muchos casos en que colegas ofrecen apoyo a colegas en apuros. Delicias es testigo de esta solidaridad gremial. Sin embargo, este adagio no aplica a lo sucedido en Cuauhtémoc al radiodifusor Israel Beltrán Montes, quien en actitud cobarde y caciquil insultó al aire a una reportera a causa de un error de lectura. Valiente, la muchacha le aventó los micrófonos y se fue, ganando el apoyo de cientos de personas que así desaprobaron la actitud perversa del aprovechado patrón. Sin embargo, de ahí a que le quiten la concesión, como se está pidiendo, hay un largo pero: la ley no dicta una medida así. Por lo tanto, nos quedaremos con la condena pública que el abusivo ha recibido en plena cara y sin matices.   

 

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