×

UN REZO A DIOS. BELLOS PENSAMIENTOS. LA DESOLADA REALIDAD. EL MÉXICO BRONCO. VACILACIONES FATALES. SUPERMAN REVIVIDO. EL VIRUS DEL OPTIMISMO.

2020-03-18 08:43:38 | El Pionero

Facebook Twitter Pinterest Google Reddit LinkedIn

Y nos alcanzó el mal de la pandemia. Chihuahua dejó de estar en blanco y lo han teñido de rojo. El primer caso del virus confirmado.Lo que sigue, nadie la sabe, pero desde luego el asunto no se otea nada halagüeño


    

Las viejas crónicas han de traer al presente lo que sucedió en el remoto 1918, cuando la pandemia de la influenza o gripe española costó más de cincuenta millones de vidas humanas en el mundo, y a México, acabado de pacificar luego de la Revolución, le cobró cincuenta mil muertes, cifra de espanto para la población de entonces.Un rezo a Dios, el alivio momentáneo ante tanta incertidumbre. 

A los políticos no se les duerme. En medio del fragor de la crisis, se las ingenian para emitir sus menajes, no fuera que sus electores los vayan  a echar la bote del olvido. Flayers, videos, emotivos y, queremos  creerlo, sinceros mensajes, bellos pensamientos de solidaridad ante el peligro inmanente, eso y más ocupan sus sitios cibernéticos. El rostro más sensible  de una clase social no siempre preocupada y ocupada de las desgracias humanas.    

  Las redes inundadas de malos chistes, de chismes viles, de mentiras con apariencia de verdades.  Es cuando uno piensa que deberían regularse sus contenidos, cuando la vagancia y la irresponsabilidad alcanzan, como ahora, niveles de escándalo.El tema, obvio, el que está usted pensando. Juegan con la tranquilidad social como jugar con algo baladí, sin importancia. Cuántos cientos de incautos creen sus patrañas, cuántos miles pierden  el sosiego y la calma.Es cuando uno piensa en límites ante tanta maldad mezclada con ignorancia. Explosivo coctel. Como si no bastara la desolada realidad que azota al mundo en estos días aciagos.

Como que del señor presidente perdió la agenda. O más bien dicho, se la arrebató la cruda realidad. La incertidumbre financiera, la caída del precio del petróleo, el decrecimiento, la infaltable inseguridad pública, la rebelión justa de las mujeres, la pandemia atroz, las redes críticas y crueles con su inmaculada investidura, la ineficacia evidente de medio gabinete, la falta de credibilidad en sus felices promesas. Tantas fallas propias y ajenas que se le cargan como propias. El triste destino de los mártires, de los héroes incomprendidos. El México bronco que de pronto le despertó pillándole los dedos en la puerta. 

Para nosotros, en nuestra natural ignorancia, el sistema educativo nacional, hasta por reflejo por lo que han hecho en otros países, debió suspender las clases antes de la fecha programada.No queremos pensar en la tormenta que  les caería a los responsables de presentarse algún contagio  en estos días de gracia que dieron antes de adelantar finalmente las vacaciones. Vacilaciones que pueden resultar fatales. 

El doctor que la está haciendo de vocero federal en asuntos de la pandemia nos había causado la mejor de las impresiones: preparado, con buena dicción, informado, con buen manejo ante los medios, con ese aire de modestia propio de los científicos. La mejor de las impresiones, hasta que dijo que el señor presidente, citamos textual, “ es una fuerza moral, no una fuerza de contagio”. O sea, un super hombre, Superman revivido.Ahí nos dimos cuenta que había perdido el piso y que el deslumbre de la fama súbita lo envolvió en sus malas redes. Suele sucederle al más templado, al más modesto. De vocero a barbero. Caída al abismo. 

Muy buena la entrevista que le hizo el colega Gabriel Ortega a Víctor Quintana, el mini de moda. Con habilidad y aplomo, con astucia y preguntas oportunas le sacó la sopa hasta hacerlo admitir que va por la grande y prepara la petición de perdón a Morena luego de su desfase a la derecha de su geometría política habitual, luego que, en palabras de su antiguo amigo hoy investido con el manto presidencial, “le dio la enfermedad del hueso”. Para nosotros, trae el virus del optimismo desaforado. Tiene la pared en la cara y no la ve o no la quiere ver lo que, para los efectos que busca, viene siendo lo mismo. 

 

Facebook Twitter Pinterest Google Reddit LinkedIn