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En menos de 10 días, murieron cuatro miembros de una familia por coronavirus

2020-09-29 10:29:49 | El Pionero

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Andry Gabino tuvo que enterrar a su hermana, a sus padres y a su tía en menos de 10 días, pues murieron por coronavirus.


    

En menos de 10 días, Andry Gabino Maldonado Morales enterró a su hermana, a sus padres y a su tía, que murieron tras contraer Covid-19.

Su hermana Lilia, de 58 años, jubilada desde hace un año, creía que el virus pandémico era un invento, por lo que jamás siguió las indicaciones de resguardo y de mantener la sana distancia.

“Ella viajaba constantemente con sus amigos, entraba y salía de la casa de mis padres, de hecho, contagió a toda la familia por ignorancia”, afirma.

Su salud, sin embargo, comenzó a deteriorarse tan rápido que Lilia falleció el 30 de mayo en una clínica de Tlalnepantla y el 2 de junio recibieron sus cenizas.

​Lilia ya había llevado el virus a la casa de sus padres: doña Juana, de 85 años, era diabética y falleció el viernes 5 de junio, y don Jorge, de 86 años, diabético e hipertenso, murió tres días después, el lunes 8 de junio.

“Visité a mi madre el martes y me la traje conmigo. Comenzó a tener dificultades respiratorias severas desde ese 2 de junio, el médico me dijo que tenía neumonía, pero mi mamá se negó rotundamente ir a un hospital.

“Llegó a saturar 57 por ciento de oxígeno en sangre y con el tanque de oxígeno se elevó a 78, además, en la exploración, el médico particular detectó costillas rotas por una caída previa”.

El médico fue muy claro sobre llevarla al hospital por la fuerza. “La van a intubar y sus posibilidades de sobrevivir son muy pocas” y también le advirtió sobre lo que implicaba dejarla en casa, “quedarse con la imagen de alguien que se ahoga, luchando por jalar aire”.

Andry siguió todas las indicaciones. Compró, junto con sus hermanos, un medicamento muy caro para combatir el VIH, pero su salud no mejoraba.

“Dejó comer y de hidratarse durante dos días, luego me sorprendió con la petición de que le preparara un caldo de pollo.

“Yo estaba muy optimista con esa supuesta mejoría”. Cuando regresó de hacer la despensa, “vi que el oxímetro marcaba 12, le dije mamacita y vi que sus ojos se ponían azules. Solo me quedó arrodillarme y le empecé a decir cosas bonitas, ahí en su cama, tardó en fallecer como 15 minutos”.

En el cuarto contiguo se encontraba su padre Jorge “no pude gritar de dolor, opté por salirme a la calle, hasta ahorita no sé quién le dijo a mi papá, que fue a ver su esposa ya muerta al otro cuarto”.

Andry se concentró en organizar el funeral de su madre y la enterró el sábado.

“Cuando llegamos del velorio, subieron a mi papá en su sillas de ruedas a su cuarto, lo vi triste y me dije 'se va a morir'. Él estaba como que en otra parte, con su mente pérdida y sus ojos mirando hacia un solo lugar.

Los pulmones de su padre estaban severamente dañados por el covid. “Tuve miedo. Le sobe sus pies y le prometí que sí se ponía bien lo iba a cargar y llevar a todos lados.

Fuente: Milenio

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