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DICHO FRANCÉS. DOS VOTOS MÁS. EL COREJE DE GATELL. EL EMPALAGOSO AQUEL. NUEVO ESPACIO. GLOBO PONCHADO.

2020-05-20 05:03:43 | El Pionero

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Con notable audiencia para ser la primera vez, se desarrolló el programa Reloj Público, conducido por Willy Gallegos, transmitido vía Face en la página de el Pionero noticias. El invitado fue el diputado Mario Mata, quien fue cocido a preguntas por Willy Jorge Velázquez, a cual más de incisivo.


    

 El enojoso asunto del agua, su paso por el Gobierno del Estado, recuerdos de la administración municipal que encabezó, sus aspiraciones a gubernatura, la pandemia, Javier Corral, López Obrador, de todo le preguntaron y todo contestó. Un espacio nuevo y fresco que viene a poner algo de sana distancia con el aburrimiento de la pandemia.

El de ayer fue un martes casi normal.A eso de la fresca de las diez de la mañana gran parte de la ciudad se veía concurrida, con autos de arriba abajo, con peatones apurados en sus quehaceres, con filas en la insana distancia ante los puestos de tacos, con la mayo´ira de los locales comerciales abiertos, con clientes regateando y comprando. El relax en plena fase de peligro inmanente, con noticias acerca de nuevos casos de contagios. C èst la vie, dijo el francés.   

La libró. En el programa cibernético Diálogos por Chihuahua, organizado por la Coparmex, Cruz Pérez Cuéllar, el primer convocado, salió avante ante la serie de cuestionamientos que le hicieron los dos entrevistadores, los desconocidos Chava y Javier, quienes evidentemente no están en el top de los comunicadores. Le ponían la bola para que se apalancara y la botara, algo que hizo con singular facilidad, aún en casos tan escabrosos como las obras presidenciales calificadas como faraónicas y fuera de época. Algo que le ayudó le ganó audiencia, fue que cuando no sabía algo, lo admitía, sin caer en el wiri wiri fastidioso y demagógico. Tangencialmente le mandaba saluditos al gobernador Corral, uno de sus enemigos íntimos. Al último, al parecer ya sin preguntas, a Chava se le ocurrió cerrar con algo muy mamón, ese ejercicio propio del periodismo rosa,  que consiste en que el entrevistado defina cierto situación con una palabra. Hasta en eso quedó bien, y cuando no quiso definir el término “fifí”, sabiendo que había dolientes, concluyó el encuentro con una sonrisa maliciosa y los novatos conductores no supieron qué decir, dando por concluido el show, no sin desearle muy buena suerte. El senador seguramente se fue pensando que ya contaba con dos votos más para su proyecto, los de Chava y Javier, de a tiro inesperados, pues sus ideologías son disímiles, y Chava y Javier con la sospecha tirando a certeza de que habían sido  chamaqueados. 

En ese regreso a la vida de antes, otro dato: luego de dos meses de silencio y soledad en la Unidad Deportiva Fernando Baeza, en la fresca tarde de ayer, a la vez que caían unas cuantas gotas de agua de las tacañas nubes, empezó a verse la llegada de autos, de los que se apiaban familias deseosas de retomar la rutina interrumpida de salir a caminar un rato, de jugar una cascarita, de retozar como antes lo hacían, de olvidar así fuera transitoriamente, el atroz confinamiento domiciliario. Hasta el tapa boca se les olvidó. Coraje  para el doctor Gatell y los ortodoxos de la pandemia. 

A los diez años de su fallecimiento, prevalecen en la memoria popular, sobre todo en la de los grillos, las frases de Artemio Iglesias, el Filósofo de Rubio. Sale una. A cierto aspirante a vivir del presupuesto público vía un puesto de elección, le dijo para quitárselo de encima: “Aunque para muchos el elogio así sea mucho es dulce que no empalaga, para mí ya fue suficiente. Platícame de otra cosa”. Obviamente no hubo candidatura para aquel empalagoso.

Como el bueno de la película quedó Ricardo Monreal, líder del Senado de la República, en el asunto de los encuestadores de el Inegi que amagaban con convertirlos en cateadores de casas, en una super jalada manejada por el líder nacional de Morena, un ultra fan de los regímenes comunistas. Con el país ardiendo en ira, Monrreal paró en seco el susto al decir que por ahí no pasaría. Jugada de kínder: todo fue urdido por el Presidente, que aventó el globo haber si volaba y como fue ponchado por la ciudadanía enfurecida, le ordenó al líder senatorial que dijera que siempre no, con el afán de irlo muestreando como posible sucesor. Mejor él que corona Noroña, ¿no?. 

 

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