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La espada, la pared y las cuerdas

2020-04-11 10:52:58 | El Pionero

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Una de las metas de la Cuarta Transformación es lograr que México alcance soberanía energética y el Presidente ha señalado que la vía por la que quiere que eso suceda es Pemex.


    

[% orquidea_tag %]Ya el tiempo dirá. Sabremos hasta entonces cuál será el precio que Estados Unidos ponga a nuestro país por su intervención en el acuerdo para la reducción de producción petrolera propuesto por la Organización de Países Exportadores de Petróleo.

El papel de México y la secretaria Rocío Nahle alcanza para otro costal. También de ello sabremos pronto el monto de la factura. Sin embargo, esa coyuntura provocó que Andrés Manuel López Obrador finalmente hablara, aunque sea un poco, de un tema al que le había dado la vuelta no sólo en el discurso, sino, también, al momento de la toma de decisiones.

Hace apenas un par de semanas, el Presidente expresó en Twitter: “Atravesamos La Rumorosa y me causó molestia ver que han instalado generadores de energía eólica, una invasión a esta gran reserva natural…”.  Desafortunada oración en el siglo XXI, también para un líder que se ostenta de izquierda. Sin embargo, congruente con su ideología.

El proyecto de la refinería en Dos Bocas ha dejado claro que, en materia energética, la visión de López Obrador no mira al futuro. Por esta razón también ocurrió esa larga sesión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo en donde Nahle se aferró y se negó a bajar la producción, como lo pidieron los países convocados.

Aunque algo habrá sucedido, que ayer, después de la polémica y las aclaraciones por lo ocurrido la tarde del jueves, el Presidente declaró: “Vamos a seguir extrayendo petróleo, cuidando nuestras reservas (…) y buscando también la generación de opciones con energías alternativas, no apostar todo al petróleo, que es un producto no renovable, y que tenemos que heredar a las nuevas generaciones. Pero vamos a seguir con la política de refinar en México…”.

Parece una expresión de corto alcance; pero no lo es viniendo de quien, a lo largo de los años, acuña al petróleo como el principal activo energético, para quien conmemora su expropiación con devoción, para quien lo ha apostado todo, aunque diga que no, a un mercado que cada día pierde valor.

Una de las metas de la Cuarta Transformación es lograr que México alcance soberanía energética y el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que la vía por la que quiere que eso suceda es Pemex.

Ojalá que no esperemos a estar (más) contra las cuerdas, como ocurrió con su postura ante la pandemia.

El Presidente se resistió a las medidas de distanciamiento de tal forma que, aun cuando prácticamente en todos los países del mundo llamaban al confinamiento, él convocaba a salir a las calles y acudir a negocios para reactivar la economía, por decir lo menos.

En sus momentos más audaces aseguró que nada haría el coronavirus a los mexicanos y, si acaso, él tenía sus estampitas.

Ahora lo vemos siguiendo la línea de la sana distancia, todavía con episodios de contradicción, pero ya es capaz de exhortar a la población: “no visitas a las playas y quedarse en casa como medida urgente para evitar la propagación masiva del coronavirus…”, dijo, también, ayer en la conferencia de Palacio Nacional.

Pequeños cambios de narrativa que llegan tarde. Ojalá que, para el resto de pendientes, no esperemos a estar contra pared.

Por: Yuriria Sierra/Nudo gordiano

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